La DO Empordà inicia una vendimia marcada por la sequía con una uva más pequeña y de calidad excelente

Las bodegas ampurdanesas han comenzado esta semana la campaña de este año, que se ha adelantado unos diez días respecto a las fechas habituales de inicio de la vendimia.

Aunque las cepas vienen cargadas de un gran número de uvas, la falta de lluvias de este verano ha mermado su crecimiento y el grano es menor de lo habitual.

Las bodegas de la DO Empordà han iniciado esta semana la vendimia 2022, empezando a cosechar las variedades tempranas, como el moscatel de grano pequeño y alguna variedad blanca y tinta para la elaboración de vinos espumosos. La vendimia se ha puesto en marcha unos diez días antes de las fechas habituales a causa de las altas temperaturas registradas este verano que han hecho madurar antes el fruto. El grueso de la producción -garnachas y cariñenas- se cosechará durante este mes y durante el mes de septiembre. Se prevé que la campaña finalice a principios de octubre.

La vendimia de este año viene marcada por la sequía severa registrada en estos últimos meses. La carencia de lluvias ha sido una constante tanto en invierno como en primavera, pero esta situación se ha agravado aún más durante el verano con uno de los niveles de precipitaciones más bajos que se recuerda en la zona. Los viñedos que disponen de riego, que son mínimos, han podido minimizar los efectos de la falta de lluvias.

A pesar del estrés hídrico que sufren la mayoría de cepas de la denominación, el estado de los viñedos es hoy excelente y el fruto está muy sano. La campaña de este año se ha caracterizado justamente por la falta de problemas sanitarios en los viñedos.

Aunque las cepas vienen cargadas de un gran número de uvas, las pocas lluvias registradas han mermado su crecimiento y el grano es menor de lo habitual. Ahora mismo es una incógnita prever cuál será la producción final de esta campaña, ya que más que nunca dependerá de las condiciones meteorológicas de las próximas semanas que marcarán la evolución de la maduración de la uva y determinarán el volumen final de la vendimia 2022 en el Empordà. Las previsiones del Consejo Regulador de la DO Empordà apuntan a que la producción se situará en torno a la media de la denominación, que es de unos 60.000 hectolitros, o será algo inferior, en función de las lluvias que se registren en las próximas semanas. En cuanto a la calidad, la previsión es cosechar una uva excelente en la línea de las últimas campañas.

Los jabalíes, un quebradero de cabeza para muchos viticultores
Un año más, la acción de los jabalíes es otro de los quebraderos de cabeza de los productores ampurdaneses. Algunos viticultores se han visto obligados a avanzar la vendimia para evitar quedarse sin cosecha a causa de los destrozos que provocan estos animales en los viñedos. Una problemática que este año se ha visto agravada justamente por la sequía que ha provocado que los jabalíes busquen en los viñedos y otros cultivos el agua y la comida que no encuentran en las montañas.

Cada año, hay más productores que instalan sistemas para evitar la entrada del jabalí en sus tierras, pero lamentablemente es una inversión cuantiosa que muchos viticultores no pueden afrontar. En este sentido, el Consejo Regulador de la DO Empordà vuelve a reclamar a las administraciones medidas para evitar esta situación que se repite cada año.

Recuperación de las ventas
a Denominación de Origen Empordà recuperó durante el 2021 las ventas de antes de la pandemia. Concretamente, las bodegas ampurdanesas vendieron el año pasado 5.839.570 botellas, que representa un aumento del 29% respecto a las 4.511.512 unidades comercializadas el año anterior, cuando la pandemia derribó las ventas debido principalmente al cierre de la restauración y hostelería.

El resultado del pasado año prácticamente iguala los datos del 2019, cuando se comercializaron 5.973.965 botellas, la mejor campaña de la historia de la denominación ampurdanesa. La reapertura de la restauración y la hostelería, el incremento de ventas directas en la bodega gracias al enoturismo y el aumento del consumo en el mercado gerundense han permitido a las bodegas ampurdanesas recuperar las cifras de negocio de antes de la pandemia.