Las bodegas del Empordà son, en su mayoría, pequeñas explotaciones familiares con una larga tradición en el manejo de los viñedos y la elaboración de vinos.
Desde hace años, una nueva generación de viticultores y enólogos con una buena formación lidera los nuevos proyectos vinícolas de la zona. Esta hornada de profesionales combina los conocimientos de toda la vida con las técnicas más modernas para crear vinos singulares y con personalidad que maridan el paisaje y el carácter ampurdanés.
Al igual que sus vinos, los bodegueros del Empordà están influidos por la tramontana: el viento del norte forja y marca su personalidad. Son hombres y mujeres de espíritu libre, pasionales, creativos y con una enorme determinación.