El Empordà es tierra de cariñenas y garnachas, el alma de las viñas de esta zona. Hoy en día, las variedades autóctonas son las que más se plantan en la denominación (dos de cada tres cepas). El porcentaje de estas variedades no ha dejado de crecer en los últimos años gracias a la decidida apuesta de los viticultores ampurdaneses por la garnacha y la cariñena en especial, sin olvidarse de la macabeo, la moscatel y la histórica monastrell ampurdanesa. El Empordà es también una zona vinícola con una riqueza única, ya que es una de las pocas denominaciones que producen todas las variedades de cariñenas y garnachas.
Son también viñedos con mucha historia. Una tercera parte de las cepas de la denominación tiene más de treinta años y un 3 % se plantó finales del siglo XIX y produce uva desde hace más de 120 años. No es ningún secreto que los viñedos viejos aumentan las posibilidades de elaborar vinos de gran calidad y, por este motivo, los bodegueros los reservan para elaborar sus mejores creaciones o las más emblemáticas. Son un tesoro que se ha cuidado generación tras generación.
Variedades blancas | Variedades tintas |
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Autorizadas
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